Había una vez... un tarro de aceitunas!

Hola!! 

¿Cómo están?

                       Hoy vengo de reciclado!!

 Este ex tarro de aceitunas, ahora con forma de oso, fue un pedido súper especial.

 

Mi marido, con su apariencia de hombre rockero, barbudo de pelo largo al mejor estilo Black Sabbath, suele consentirme amasando unas pizzas cada viernes por la noche... y pizza va, pizza viene, el tarro de aceitunas quedó vacío.

Ante esta situación nos disputamos el tarro para guardar cosas, porque entre mis hilos, botones, cintas, cuentitas y agujas y sus tornillitos, clavitos, tuerquitas, pinceles y acrílicos, siempre estamos requiriendo nuevos contenedores :)

Debo admitir que salgo ganando la mayoría de las veces pero en esta oportunidad fue él quien se quedó con el tarro. Pero me pidió que lo convirtiera en oso!!

Y sí, él es así, tiene un enorme corazón de niño que aflora de vez en cuando... hasta hizo un boceto en mi cuaderno para explicarme cómo se lo imaginaba! ¿no es adorable?

Me pareció tan tierno que dejé de lado los trabajos en los que estaba y me puse con su pedido. Traté de respetar al máximo el dibujo que hizo y de a poco fue tomando forma el tarro-oso.

En cuanto lo tuvo en sus manos, enseguidita lo cargó con sus acrílicos y cuenquitos. 

¿Qué les parece? A Álvaro le encantó y yo estoy más que conforme con el tarro reciclado!! Ya voy pensando de qué voy a vestir al próximo que desocupemos, que desde luego, será para mí ;) jaja

Antes de irme quiero compartir algunas fotos más de este trabajo...

Con algo de esfuerzo, Álvaro logró pararlo sobre sus patitas...

Lolo en la sesión de fotos... como siempre, curioseando...

Mi amada Lenga, con cara de distraída, pero si ve cámara de fotos, ella posa ;)

Esa soy yo, buscando dónde ubicar al tarro-oso para las fotos

y para terminar, Álvaro, contento con su jeguete :)

Beso enorme y hasta pronto!!